Existe la falsa creencia de que el proceso de congelación elimina nutrientes de los alimentos, cuando precisamente es un proceso que se realiza para evitar la degradación del alimento y, por consiguiente, la pérdida de nutrientes y propiedades. Eso sí, para que este sea un proceso seguro debemos tener en cuenta una serie de consejos:
- No romper la cadena de congelado. Si un alimento se descongela, no debemos volver a congelarlo (esto es porque los alimentos que se vuelven a congelar pueden causar problemas digestivos una vez descongelados, debido a la multiplicación de las bacterias). El truco para que esto no ocurra, si hablamos de un alimento que se ha congelado sin cocinar, estaría en cocinarlo y, posteriormente, volverlo a congelar. De esta forma sí podríamos congelar dos veces el mismo alimento.
- El descongelado de los alimentos debe ser de forma gradual. Una buena forma es descongelarlos en la nevera.
- Aunque tengamos un alimento congelado, eso no quiere decir que pueda estar ahí indefinidamente. Cada alimento tiene un tiempo de «permanencia» en el congelador, pasado el cual no es recomendable que lo consumamos.