Durante la práctica de actividad física el cuerpo del atleta sube de temperatura, la manera que tiene el organismo de refrigerarse es mediante la sudoración; el sudor este compuesto por agua y por sales minerales, siendo de estos últimos el más abundante el sodio. Cuando esa agua que se pierde por sudoración no se repone el rendimiento del deportista cae en picad, se produce lo que se llama deshidratación.
La manera de reponer ese agua y sales que se pierden por sudoración es bebiendo agua y tomando sales minerales (por ejemplo, agua y cápsulas de sales, bebidas isotónicas etc …). Pero es tan peligrosa la deshidratación como la sobrehidratación, esta se produce cuando se ingiere una cantidad de agua muy superior a la tasa de sudoración lo cual se traduce en un aumento del peso y un lastre extra para e deportista lo cual afectará también a su rendimiento deportivo. Esta sobre hidratación es especialmente peligrosa cuando los líquidos que se ingieren no contienen sales minerales, entonces lo que puedo producirse es una hiponatremia asociada al ejercicio, que es una drástica bajada de sodio en sangre lo cual puede llegar a ser mortal.
A grandes rasgos las pruebas mas cortas como por ejemplo una media maratón, son las que se realizan a mayor intensidad, esta intensidad hace que la tasa de sudoración sea elevada y que además las oportunidad de ingerir líquido sean mínimas por la velocidad de la prueba, en ese tipo de pruebas intensas es muy importante partir de una buena hidratación previa a la competición y diseñar una estrategia de hidratación y reposición de sales minerales para no perder tiempo en los avituallamientos, en estas pruebas cortas e intensas es donde mayores deshidrataciones suelen producirse. Por ellos para pruebas que ronden las 2-3 horas es esencial diseñar una buena estrategia de hidratación.
Por el contrario, en pruebas de muy larga duración (ultra-trail, pruebas de varios días/etapas) la intensidad es mucho menor y las oportunidades de hidratación son mas frecuentes. Por ello en algunos estudios científicos se han registrado un porcentaje relativamente alto de corredores en pruebas de ultra-trail (un 10%) que mostraban un aumento de peso al finalizar la prueba de ellos además el 7% de ellos mostraban hiponatremia asociada al ejercicio, esto quiere decir que pruebas largas los deportistas deben de beber según sensaciones de sed y mantener un buen estado hidratación (euhidratación), además en la mayoría de ocasiones no es necesario ingerir sales minerales de manera tan frecuente como en las pruebas cortas ya que al tener mas posibilidad es tomar alimentos suelen comerse alimentos que contienen sal (cloro y sodio) como galletas saldas, frutos secos tostados, sándwiches saldos, caldos, arroz, pasta etc…
En este sentido la ingesta de 150ml cada 20 – 30 minutos de bebidas que aporten agua y sales minerales como GEO AUBISQUE es suficiente para mantener un estado de hidratación óptimo y reponer electrolitos.
Una manera de conocer el estatus de hidratación previo a una prueba es mirar el coro de la orina, si ésta es de color relativamente oscuro es que el deportista debe ingerir más fluidos por el contrario si el color de la orina es claro es que presenta un buen estado de hidratación.
Un caso un poco más extremo es el que se produce en las pruebas de natación de larga distancia en aguas abiertas en ambientes cálido (por encima de 30 grados centígrados), a esta temperatura de agua y debido a la intensidad en estas pruebas se puede perder una cantidad importante de fluidos, puede producirse hipertermia (elevación de la temperatura corporal por encima de los valores normales), y por tanto estrés térmico que afecta muy negativamente al rendimiento deportivo. Para estas pruebas existe una estrategia para apoyar la termorregulación en condiciones cálidas se recomienda ingerir líquido frío (por debajo de 4ºC) o granizados, concretamente 6,5 – 7,5 g /kg de peso corporal lo que supone unos 500g, 2 vasos en los 30 minutos previos a la prueba, consiguiendo de esta manera mejorar el rendimiento deportivo.