Los deportistas ya están carburando los motores, los entrenes son de mas calidad y en muchas ocasiones nos preguntáis cuáles son los mejores complejos vitamínicos. Nuestra respuesta siempre es la misma «si metes durante el día 4-5 piezas de fruta y comes verduras no necesitas ningún tipo de complemento vitamínico.
Si podemos tener las vitaminas en el frigorífico o en una bandeja de la cocina, para qué acudir a la química, la mayoría de los suplementos vitamínicos son química pura y dura. La base siempre debe de ser una correcta alimentación y si tenéis duda lo ideal es acudir a un nutricionista y que así os pongan una dieta acorde a vuestras necesidades.
Con el paso de los entrenamientos puede que tengáis un desgaste y eso de lugar a tener alguna carencia vitamínica. En un caso así y tras un análisis de sangre habría que ver qué deficiencia tenéis e intentar poner remedio incrementando la ingesta de alimentos que tengan las vitaminas o minerales en la que tenéis déficit. Si aun así no podéis compensar es el momento de utilizar complejos vitamínicos, pero mas que generales centrados en la vitamina o vitaminas en la que tengáis el déficit.
Los suplementos vitamínicos han sido considerados, hasta no hace muchos años, la panacea que permitía combatir numerosas enfermedades, así como el remedio idóneo para mejorar la salud de la población general. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, la situación de tales suplementos ha cambiado radicalmente, pasando a convertirse en uno de tantos falsos remedios que solo son útiles para reportar beneficios económicos a los laboratorios que los fabrican y comercializan
Las vitaminas son nutrientes que el organismo necesita para su correcto funcionamiento, pero que tienen que proceder obligatoriamente de los alimentos, puesto que el cuerpo humano no tiene capacidad para sintetizarlas. Son, por tanto, nutrientes esenciales y un aporte insuficiente de vitaminas se asocia a diversos problemas de salud.
En general, en los países desarrollados es difícil encontrar severas carencias nutricionales capaces de generar manifestaciones clínicas. Lo más común es encontrar deficiencias nutricionales subclínicas, las cuales son más habituales en determinados grupos de población: niños, gestantes, ancianos, deportistas,…
El consumo de alimentos muy refinados, así como una progresiva reducción en la cantidad total de alimentos ingeridos con objeto de evitar la obesidad, constituye un importante factor de riesgo para la aparición de deficiencias nutricionales, entre las cuales se encontrarán las deficiencias vitamínicas. De ahí la importancia de si uno no sabe hacer las cosas bien ponerse en manos de un profesional.
Requerimientos vitamínicos
Al considerar la relación existente entre actividad deportiva y suplementos vitamínico-minerales, se observa que para muchas personas, el deporte y los suplementos forman un tándem irrompible.
Sin embargo, ese tándem irrompible en numerosos casos no tiene razón de ser. Vitaminas y minerales son nutrientes reguladores, por lo que son necesarios para un correcto funcionamiento del organismo.
Dicho esto, conviene señalar que el rendimiento deportivo está influido por factores diversos, tales como entrenamiento, aptitudes físicas, motivación y alimentación, entre otros.
De entrada, una persona bien nutrida, con una dieta variada y equilibrada, no necesita suplementos para incrementar su rendimiento. Únicamente si la persona tiene una deficiencia vitamínica, sí estaría justificado el empleo de un suplemento de esa vitamina concreta, suplemento éste que sí tendría un efecto beneficioso.
Otra situación un tanto especial sería la de los deportistas de élite, los cuales en un momento dado pueden necesitar seguir una alimentación restringida por problemas de sobrepeso, o en casos especiales, en los que por motivos de agenda en las competiciones, no exista tiempo suficiente entre un evento y otro como para que sus requerimientos nutricionales puedan ser cubiertos únicamente con la dieta. En tales casos, los suplementos vitamínicos resultan beneficiosos.
En líneas generales, una persona que practique alguna actividad deportiva, no como profesional, sino como hobby o afición, si lleva una dieta equilibrada, no necesitará ningún suplemento vitamínico.
No obstante, en la actualidad existe la tendencia a recomendar suplementos de vitaminas antioxidantes (A, C y E), cuya utilidad se basaría en compensar un estrés oxidativo aumentado, fruto del esfuerzo físico que exigiría la actividad deportiva.